El ajo vale para todo; es bueno para que nuestro corazón funcione correctamente, hace que la sangre corra por nuestro cuerpo ¡a las mil maravillas! incluso favorece la digestión de los alimentos que consumimos... en fin, que se puede decir que es casi "un medicamento natural", y además está buenísimo.
Aunque pensareis, que si tan, tan bueno es, ¿por qué no lo plantamos en nuestro huerto?
Pues que sepáis que nos hemos adelantado, de hecho ya lo hicimos antes de las vacaciones, pero os lo vamos a contar hoy:
Aquí tenemos las cabezas de ajos que plantamos, veamos el proceso...
Tras preparar la tierra días atrás, procedimos a plantar los ajos uno a uno y con mucho cuidado de colocarlos de la manera correcta.
Luego, humedecimos la tierra para que empezaran con fuerza:
A las pocas semanas ya empezaron a brotar nuestros riquísimos ajos:
Aunque ahora están muuucho más grandes, así que no dudéis en pasar por nuestro huerto y ver como van creciendo y creciendo... ¡volveremos pronto con más!
